Cuando el tiempo se come
Pocos lugares como los aeropuertos para gastar el tiempo en nada, entre pantallas y escaparates, ventanas y pizzerías, suerte quien consiga tragarse algunos minutos para huir a cualquier parte
Pocos lugares como los aeropuertos para gastar el tiempo en nada, entre pantallas y escaparates, ventanas y pizzerías, suerte quien consiga tragarse algunos minutos para huir a cualquier parte